Actividad física en sujetos post covid-19 1 año tras el alta

Abstract

Introducción: Tras su fase aguda, la COVID-19 afecta a los pacientes mediante síntomas residuales que pueden comprometer su actividad física (AF), conocido predictor de morbimortalidad. Los efectos a largo plazo aún se desconocen, por ende, conocer la AF de sujetos pos-CO-VID-19 1 año tras el alta cobra especial interés.Material y métodos: Estudio observacional transversal de una cohor-te de sujetos pos-COVID-19 12 meses tras el alta, tratados en domici-lio (H), planta hospitalaria (HW) y UCI (ICU). Se valoraron datos de-mográficos y clínicos (espirometría, síntomas persistentes) y AF (International Physical Activity Questionnaire – IPAQ). Para comparar características y síntomas, se empleó el ANOVA de un factor (post hoc, test de Tukey) para variables cuantitativas y el chi-cuadrado de Pearson para variables categóricas (fuerza de asociación, V de Cra-mer). Para estudiar los patrones de AF, se usó la prueba H de Kruskal-Wallis (post hoc, test de Dunn).Resultados: Se reclutaron 148 sujetos pos-COVID-19 (H, n = 44; HW, n = 60; ICU, n = 44) (tabla). Se evidenciaron diferencias significativas inter-grupos en edad, IMC, FEV1, FVC. El grupo H se caracterizó por menor edad e IMC (p < 0,01), y mayores valores FEV1 y FVC (p < 0,01) que los grupos HW-ICU. No se estimaron otras diferencias respecto a estos parámetros. Además, se destacaron diferencias inter-grupos en sexo, fatiga y otros síntomas, cuya fuerza de asociación resultó débil. De hecho, fatiga (p = 0,049, V = 0,2) y otros síntomas (p = 0,006, V = 0,3) resultaron más prevalentes en el grupo ICU. No hubo diferencias en disnea, dolor o ausencia de síntomas. Finalmente, se detectaron diferencias significativas inter-grupos en AF vigorosa, andar ≥ 10 min y sedentarismo. El grupo H empleó más tiempo en AF vigorosa que los grupos HW-ICU (p = 0,025), mientras el grupo ICU dedicó más tiempo en andar ≥ 10min (p = 0,029), pese a ser más sedentario (p = 0,089) (fig.).Conclusiones: Doce meses tras el alta, las personas pos-COVID-19 siguen con síntomas de fatiga u otros (calambres, parestesias), en par-ticular aquellas tratadas en UCI. El nivel de AF, independientemente de la severidad de la COVID-19 en fase aguda, es moderado. Los suje-tos tratados en domicilio resultan dedicar más tiempo a AF vigorosa, mientras que los ingresados en UCI emplean más tiempo en andar, pese a ser más sedentarios. Edad, función pulmonar y síntomas (fati-ga u otros) podrían influir en su AF, pero es necesario un análisis in-tegral y longitudinal para entender su impacto